CÁSCARA Y LUNA
Cada día que pasa, más
dueña de mí misma,
sobre mí misma cierro
mi mirada interior.
“Van pasando mujeres”
Alfonsina Storni
Yo soy Aldonza
Lorenzo
de ojos abiertos
ardo
y soy en mí
para mí.
Camino sobre olas orgásmicas
el cuerpo balanceo mientras Quijano me sueña
La vida
la razón
todo está en mí
Navego en aguas profundas
palpo mis hendiduras
me detengo en orillas tornasoladas
Soy espina que desea ser rosa y derramarse
derramar sus aromas
en silencio
El me llama Dulcinea
del Toboso
Dulcinea no es presencia
tal vez lágrima que
cae de la flor
como despojo
mandarina dulce mezquina de olores
ojos bajos
comisura en espera
triste pájara que gira
gira
a la sombra del Quijote
Se acomoda en la
crisálida
está ciega
ciega por el sol del mediodía
Con vestigios de
egoísmo
se busca
se encuentra
Golpea mi puerta
insiste
trae un espejo
un aroma a libertad
una boca herida por las palabras
Quiere unirse a mí en esta travesía
Agónica
tiembla como un puñado de sueños
No da tregua este deseo que desgarra
este anhelo de pertenencia
Me conjugo
me armo
observo a los Quijotes que rondan
van
vienen
el silencio que palpita los desconcierta
también la libertad que escurre
por la herida del costado
¡Sí!
tengo una herida
Una lanza
atravesó sin piedad mi condición de hembra
aullidos escaparon
escapó la sangre
y otras Aldonzas se sublevaron
No soy Dulcinea la
del Toboso
agito la pollera
y esa imagen se diluye en sí misma
Soy de cuerpo entero libertario
liviana de huesos
ajena al pecado original
Me dejo oler como tierra curva
me dejo decir
El deleite cuelga de mi cintura
No soy Dulcinea
mi cielo no está desteñido
y bajo las sábanas canto una canción
Me duele el mundo
la flor
la raíz
don Quijano brota por la sed
se llueve por mis ojos
Tengo prisas Miguel
ansias por vivir
me crecen alas
y la libertad
escurre por agujeros de la boca
Soy ola suspendida en el aire
con un volcán floreciendo en mi interior
Guardo tibieza en la
caja de Pandora
y una baba melancólica
oleajes
y un concierto de vida
Guardo ausencias
espasmos en
escondrijos húmedos
dulzura
para manos temblorosas
un mundo guardo para alegrar
tu estación llena de abandonos
Cervantes viene con
seducción diabólica
me mira
con ojos de luna
y se instala en el esplendor de mis días
Bajo el cobijo de los sueños
sucumbe a la tentación
y me ama
a través de las puertas cerradas
a través de los siglos
Eres la última boca que beberé
dice
y se recuesta exánime
en la curva de mi vida
Las piernas largas de
Don Quijote
caminan sobre mis páginas perdidas
como animal en celo camina
como fiera carnívora camina
quiere mirar por mis puertas entornadas
y acariciar la mariposa
que aletea en mi interior
Su amor no es divertido
es túnel
sendero donde cuelgan ausencias
Desarticulada muñeca
soy
tambaleándose en el borde de la vida
alimento de serpiente soy
alma llena de contradicciones
Tengo un signo de interrogación en el pecho
y exclamaciones
y puntos suspensivos
pero aún estoy
aún soy quien abre la puerta
descose su boca
y dice la última silaba