HABLAME PABLO
Háblame suavecito Pablo
cuéntame de cómo el mundo lame
mis finas botitas de paloma
ahora que la belleza se inclina.
Algo dijiste
y el pájaro de agosto
se ahogó en tu pupila
algo
que no alcance a oír.
Obsequioso me llamas mujer
mi mujer mía
conjunto de mujeres
y mis sombras verde-oscuras se van.
La soledad ocupa tanto espacio Pablo
duele
pero continúo encadenada
a esta matita de
suspiros como el viento
y escondo el rostro en tu grandeza
y subo la mirada
para encontrarme con la tuya.
Es verdad
mis labios y mi pecho
son un panal de angustia
cruje este fruto de otoño
al recordar tu manera sencilla
tu forma.
Te imagino Pablo soñándome
como un poema:
me dejas por ahí (en borrador)
y ya nada importa.
Mañana seré racimo de uva
colgado
del parrón colosal de
la muerte
y tú
seguirás vivo
en el ondulante tiempo.
NO ERES TÚ
No eres tú Pablo querido
yo soy como el
fracaso total del mundo
y de pronto
tú y la grandeza de tu sombra.
Me dices
mi morenita
mujer mía
eres como las esposas de La
Biblia
y me gozo
me gozo en el filo por donde me llevas.
Digo Pablo
Pablo
y echo pájaros a volar
y mi boca se cuaja de ti
y sale de mi garganta un sonido
una luz
y digo juro
te juro.
Soy un montoncito de carnes
sumisas
y me enamoro
y te enamoro
con mi sangre enardecida.
Bajo los ojos
miro mis zapatitos blancos
y soy de nuevo por ti
para ti
ola sonámbula
insinuando apenas su alma enorme.
UN MURCIÉLAGO TREMENDO
Este dios mío que para otros
y para él mismo
parece un murciélago tremendo
es tan alondra por mí
definitivamente
masculino
(no lo sabré yo),
modela con sus palabras mis caderas
las convierte en fuego
en rosario lleno de misterios gozosos
y me anuda
y se anuda
con las piernas potentes
y es en mí
en mí.
Cuéntales Pablo
diles quién te hizo las heridas
más bonitas
qué boca fue
qué manos
háblales del dulce peso de mi cuerpo
de esta lengua
que se alojó
como un balazo en la garganta
y te hizo arder
y rugir
allá en la provincia.
HE PENSADO
He pensado que soy
esa montaña de versos, brazada
de sueños
ardiendo sobre ti
niño de Rokha.
Tu amor embellece el rostro mío
la mano mía
que es también tuya.
Quiero la vida
porque tú eres vida
porque surgen de mi vientre las
palabras
y se nutren en ti
mi palomo de las
lindes últimas.
POR MÍ FUISTE
¿Me conoces, verdad?
Soy la niña de las
historias melancólicas
tu niña
como solías llamarme
antes de ser Pablo.
Temprano
quedé huérfana del calor de tu cuerpo
y ahora
los recuerdos
dormitan en mis ramas de junio.
Te quedaste
en mi vida de piedra
y hierro ardiente
como la eternidad
encima de los muertos
señal no dejaste
el cántaro quedó vacío.
Por mí fuiste
tan pacífico y solemne
después
el tiempo
todo
te llevó a pisar el cadáver dulce de la
poesía.
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