- 1
Y si arriba, en el aire,
el misterio, huérfano de sueños cercena mis brazos ,
¿ caeré ?
¿ o me quedare a solas,
con mi latir forzado y tortuoso?.
2
Polvo,
tiempo,
sangre,
ataviando las alas,
tatuada la libertad
la memoria se prepara.
3
Cegada por un rayo, dudo,
el viento se sube al migrante sueño,
estoy atada a el
me sacude,
su sonido estremece mis rincones,
las mandíbulas abiertas
expulsan el dolor del arraigo.
4
Archipiélago
de aves agonizantes
orlan el cielo
de cara al sol,
piensas en el lugar
donde yacen las hojas y las fieras,
y los viajeros desgajan
días y horas.
La incertidumbre huele a milagros.
5
Las manecillas rotas del tiempo
sonríen junto al árbol,
la luz impenitente me llama
a congelar mis fantasmas,
la desidia,
con artimañas quiere retenerme,
6
El temblor de los parpados
refleja la ansiedad,
las cruces del ayer
atadas a mi espalda,
pesan,
el vacio se come mi voz.
La cobardía se jacta.
el estéril día muere.
7
Los hijos del hombre duermen
aspiro su ausencia,
la complicidad con ellos
se ha perdido,
solo queda soñar.
Tras los muros,
la corteza se deshoja
el cuerpo se transparenta ,
la frente
ya no es la frente,
la boca se diluye
el aroma de mujer es otro perfume..
8
Junto plumas de otros pájaros
que aborrecen la rebeldía,
mi sed los confunde.
sospechan de cualquiera
que sin mascaras,
hilvane a su cuerpo
trozos de luna.
9
Los perversos,
tratan de unir
los eslabones invisibles de la cadena,
quieren mi trinar enjaulado,
que las reglas no se rompan.
Con sus manos forjan el miedo,
mi cárcel
mi raíz.
10
Volaré,
con el resuello del mundo en la nuca,
y la quemante incertidumbre
escupiendo mi rostro de águila.
Bailare sobre los ruidos,
dejaré que la alquimia de lo imprevisible
me diluya.
Aferrada a la desnuda soledad
me elevare.
11
Dios cuida a sus criaturas
¿acaso cuidara también
de este engendro?
sediento de palabras,
de pezones fríos
de pulpa en extinción.
Me llaman los vientos,
como ebrios arpegios
se cuelan,
Mi carne quiere redimirse.
12
Nadie mira el ojo opaco
que seduce a la muerte,
nadie oye los chillidos
nadie escucha.
13
Estoy desnuda,
mis ojos de pájaro,
no alcanzan a ver las palabras
escritas en las nubes,
bajo el volumen
para oír la advertencia.
14
Surcare sola,
la ruta que dejaron otras,
no desafiare al cielo,
seré prudente,
como Dédalo.
15
Otro día que se va,
me ato,
aun estoy al abrigo del temor,
tiemblo,
frágil bajo mi blanca piel.
¿ A qué puedo temer?,
si los depredadores están en el suelo,
si cuando traspase el limite
seré infatigable.
16
Estoy perdida.
¿ Donde termina la ensoñación?
¿ Donde comienza lo real?.
Veo caer las hojas,
a las hormigas en su festín.
Esta inquietud que me acompaña
transforma el horizonte
en vitral
donde me estrello .
¡Ícaro! sostenme,
el dolor y el miedo se clavan en mi dulzura.
17
Al fin me decido,
siento el aire en mi rostro agudo,
penetra mi armazón de golondrina,
subo,
y me gusta imaginar que otras van a mi lado
siguiendo mi señal.
Que al fin,
en vuelo libre hacia el cenit
se despojan del santo sudario
que las ata.
18
No puedo planear,
deambulo entre sombras,
soy ave moldeada con locura,
sin coraza
no sé cómo existir en el desafío.
La inmensidad me fragmenta,
ni siquiera la ira,
llena esta oquedad
¿Cómo combato el frio que herede?
¿Cómo logro atrapar lo esquivo?
19
Al fin extiendo mis alas,
soy la cazadora,
mis afiladas garras destrozan la ilusión,
¡ ya voy!
20
Floto en el éter del recuerdo,
mientras mi pecho
cuajado de luz
se infla.
Ya no duelen las ausencias
ni turban los miedos,
asciendo,
para encontrarme con ellos.
21
Mis uñas,
no se clavan en frutas podridas,
ni cobijan lo infecto,
ni aceptan como dadivas
cuerpos sin destellos
ni corolas sin pulso.
22
Busco la verdad,
subida en suaves lomos
saboreo la belleza del arcoíris,
la humedad del rocío,
el presagio de la cortada hierba.
Me inquieto,
es imperativo
encontrar en el aire,
otras, que al igual que yo,
descifren códigos secretos.
Otras,
que también escapen de la manada.
23
El eco de un trinar me seduce,
me llama a retozar.
Mis ojos, viajeros soñadores
develan en la oscuro
el rasante vuelo de la luz.
El musgo se agita,
la flor abre sus pétalos
la brisa se profana.
24
Silenciosa
después de regalarme,
guardo el recuerdo
de espasmos que hacen palidecer la noche.
En primavera,
….. será en primavera.
25
Regreso de la onírica comarca,
me esperan, ojos agrietados,
Bocas carcomidas,
Manos llenas de dobleces.
Guardo en mi vientre
promesas en capullo.
En primavera,
nacerán en primavera.
El torrente de palabras viene de la entraña y se derrama sobre el teclado lujurioso que vuelve letras el repiquetear incesante de los dedos.
domingo, 29 de marzo de 2015
EL RASANTE VUELO DE LA LUZ (del libro Compases de Luz y Sombra)
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